había sido todo ceremonia
con los preparativos
de esta, su segunda audiencia
con los más altos jerarcas
de la manifestación inmediata.
en el morral
lo gallardo
cauto
y atento
eran juguetes
para el niño
que lo escogió
como el hombre
que habría de representarlo
ante los otros hombres,
mientras él jugaba
a verse a sí mismo
a los ojos.